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Armando Romero
El Bosco, Brueghel, Poussin, Velazquez, George Lucas, Disney, el graffiti callejero y las pegatinas infantiles… El alcance artístico de Armando Romero no conoce fronteras. El artista logra envolver toda obra que se cruce con su proceso creativo en ese tono satírico y burlón tan representativo de su trayectoria. Y como si no fuera suficiente, se mete de lleno al retrato del espectáculo de la pantomima que es el circo, donde las sonrisas no son nada más que un efecto del maquillaje que tan sólo enmascara sombras y fantasmas. NM Contemporáneo, Galería de Arte presenta su obra más reciente de pintura, escultura y grabado en el Centro de Arquitectura y Diseño, con una exposición de más de quince piezas del reconocido pintor mexicano.
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El Bosco
Lo que quizás primero llama la atención de todo aquel que observa una obra de ‘El Bosco’ es su «surrealismo» sintetizado con el típico expresionismo teutónico.
En sus obras abunda el sarcasmo, lo grotesco y una imaginería onírica. Una de las explicaciones para esto es que ‘El Bosco’ aún se encuentra imbuido por la cosmovisión medieval repleta de la creencia en hechiceras, la alquimia, la magia, los bestiarios, los tesaurus, las hagiografías.
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Pieter Brueghel el Viejo
Fundador de una verdadera dinastía de pintores, es considerado uno de los grandes maestros del siglo XVI.
Pieter Brueghel se especializó en paisajes poblados de campesinos, en un estilo más sencillo que el del arte italiano que prevalecía en ese tiempo. La influencia más notable en su arte es la del maestro holandés Hieronymus Bosch.
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Nicolas Poussin
«La pintura es la amante de la belleza y la reina de las artes.»
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Tríptico del Juicio Final
« […] el infierno no es más que una extensión del Juicio universal: el príncipe de las tinieblas, al cual rinden homenaje seguidores y acólitos, ocupa el proscenio, mientras que las ánimas humanas condenadas, a las que se muestra en su desnudez, son expuestas a los más increíbles tormentos y suplicios. En este cuadro, el Bosco no pronuncia una homilía: en su concepción, Dios y su Hijo no encarnan el amor sino que son los ejecutores de una justicia severa, casi mosaica »
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El Triunfo de la Muerte
Se ha sugerido que el cuadro, como una premonición, fue inspirado por el empeoramiento del clima político antes de la Guerra de los ochenta años. Inspirada o no por el ambiente la obra es una clara alegoría de los horrores de la guerra.
Como es natural en un cuadro pesimista los colores son sombríos.
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